viernes, 16 de febrero de 2018

América la descubrió un inglés por Glenys Roberts


EL MERCADER BRITÁNICO

Richard Amerike fue un rico hacendado, que había nacido en Ross-on-Wye alrededor de 1440. / Estaba emparentado con Hywel Ap Meurig de Brecon, un príncipe galés del siglo XIV. / El escudo de armas de la familia, de barras y estrellas, guarda un gran parecido con la bandera de Estados Unidos. / El comerciante falleció en 1503.
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América la descubrió un inglés

GLENYS ROBERTS.
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El conquistador. Detrás del descubrimiento de América había un británico, Richard Amerike, y fue él el que dio nombre al continente.Al menos así lo asegura el historiador Rodney Broome. En su libro publicado en Gran Bretaña, Amerike, el británico que dio su nombre a América, contradice la tesis, conocida por todos, de que Colón descubrió América y el continente recibió su nombre de Américo Vespucio, el navegante italiano que participó en la tercera de las expediciones de Colón. Fue Vespucio el primero que se dio cuenta de que el Nuevo Mundo era un continente. 


Rebuscando en documentos de los archivos españoles y británicos, el historiador dice que fueron buques enviados por mercaderes de Bristol, entre los que figuraba Amerike, los que desembarcaron en América una década antes de que lo hiciera Colón. Sin embargo, dichos comerciantes mantuvieron su descubrimiento en secreto porque no querían compartir con nadie más las enormes posibilidades comerciales que les abría el descubrimiento. 

Hacia el siglo XV, los Amerike eran una familia sobradamente conocida en Bristol. Sus almacenes se levantaban en los muelles a orillas del río Avon. Hasta mediados de siglo, el mayor volumen del comercio se concentraba en Burdeos, bajo dominio de los ingleses, que era su principal fuente de suministro de vinos. 

Cuando los franceses recuperaron Burdeos, en 1453, pusieron fin a tan provechosas importaciones y los Amerike se vieron obligados a ampliar sus rutas comerciales hacia España y Portugal. Existía en aquellos países una gran demanda de bacalao seco y en salmuera, de modo que, alrededor de 1470, Amerike y sus socios añadieron a sus fortunas las importaciones de pescado de Islandia. 

En 1475 el rey Christian de Dinamarca prohibió la presencia de los ingleses en las aguas que bañan Islandia. Los comerciantes de Bristol tuvieron que lanzarse a la búsqueda de nuevos caladeros.Amerike tenía un sirviente islandés que conocía las historias que circulaban sobre la mítica Brassyle. La isla supuestamente se encontraba a 400 millas en medio del Atlántico y de ella se decía que gozaba de pesca en abundancia. 

En 1480, unos barcos de Bristol, entre ellos, el Trinity, que estaba contratado por Amerike, recibió del rey el encargo de buscar la isla. El misterio envuelve todavía la auténtica realidad de lo que descubrieron. Había barcos que partían cargados de sal y con destino a Irlanda -un viaje de no más de tres semanas escasas- que regresaban varios meses más tarde cargados de bacalao en salmuera. Esos barcos recorrían una ruta más alejada de lo que reconocían. 

¿Acaso habían descubierto Brassyle y sus incontables riquezas? Las autoridades aduaneras de Londres sospechaban que algo extraño había en todo aquello. En 1481 promulgaron la orden de detención de Thomas Croft, agente de aduanas de Bristol y amigo de Amerike.Croft alegó, que el Trinity se dedicaba a la exploración, no al comercio. En su libro, Broome especula con la posibilidad de que Cristóbal Colón, que conocía Bristol, llegara a tener conocimiento de los misteriosos viajes que financiaba Amerike, así como que viera la reciente prosperidad de la ciudad, y sospechara de las razones de todo ello. 

El historiador británico dice que en 1488 Colón acudió a Enrique VII para que le financiara un viaje a través del Atlántico. Le negaron la ayuda. Finalmente el viaje fue costeado por la reina Isabel de España, para lo cual contó con el apoyo de Americo Vespucio. En 1492, Colón puso pie en tierra en las Indias Occidentales.Cuando Amerike se enteró del éxito de Colón, decidió financiar su propia expedición. 

Amerike prestó todo su apoyo al navegante italiano John Cabot, con el encargo de que partiera en busca de nuevos territorios.El 2 de mayo de 1497, zarpó desde el Redcliffe Wharf, con el Matthew. Cabot desembarcó en la América continental, para convertirse en el primer occidental que lo conseguía, y allí plantó triunfalmente la bandera inglesa. 

Antes de regresar a Bristol, Cabot dibujó un mapa de las costas de América del Norte y dio a muchos accidentes geográficos el nombre de sus amigos y patrocinadores, y a las nuevas tierras, el de Amerike, puesto que éste había puesto como condición que «cualquier nueva tierra que se encontrara» fuera bautizada con su nombre en reconocimiento a su patrocinio. 

La prueba más concluyente de esta historia, asevera Broome, es una carta escrita en 1498 por el comerciante de Bristol Johan Day. En la actualidad se conserva en los archivos españoles.En el texto se afirma que barcos mercantes de Bristol partieron rumbo a América en fechas anteriores a la de Cristóbal Colón.La misiva describe cómo los habitantes de aquel lugar ponían a secar pescado cubierto de sal en la playa, con un procedimiento idéntico al utilizado en Islandia. 

Si creyéramos en esta nueva obra histórica, los barcos de Amerike habrían descubierto el continente que lleva su nombre. Aunque, como había tantos intereses dispuestos a todo con tal de alzarse con la gloria, la historia se hubiera perdido para la posteridad.El libro de Rodney Broome parece fantástico, que cada cual aplique el término en la acepción que considere más plausible.

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Tomado de; http://www.elmundo.es/cronica/2002/353/1027325072.html
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Cronica  ElMundo .  domingo 21 de julio de   2002 .No 353