Tomado de el Periódico El Nuevo Día. Ibagué, 21 de enero de 2011. Pág. 2-B. No 6462
lunes, 24 de enero de 2011
viernes, 21 de enero de 2011
Desarrollo Institucional, trabajo en equipo 17 al 21 de nero
Docentes listos a iniciar labores de trabajo en equipo.
Docentes en la expectativa.
Docente José Gerardo Bustos Toloza dirigiendose a sus compañeros.
Doris Bernal, Amparo González, Margohtlides Torres y Tiberio Murcia Godoy (Foto Luis Carlos Hernández).
Docentes Virgelina Barragán, Doris Bernal, Flor Alba Gaitan, Amparo González. Margothlides Torres (Foto Luis Carlos Hernández) .
jueves, 20 de enero de 2011
Desarrollo Institucional 17 al 21 de enero
miércoles, 19 de enero de 2011
Hasta luego a la compañera Yanneth Donato Cardona
Yanneth Donato
Entre sonrisas, sollozos y abrazos, hasta luego.
"Les digo hasta luego"
Ayer 18 de enero nos enteramos del traslado de varios compañeros, quienes al pasar satisfactoriamente el concurso respectivo, y entre estos nuestra compañera por más de 10 años Yanneth Donato Cardona, nos deja para mejorar su calidad de vida, al lado de su esposo e hijos, Yannet hasta ayer estuvo con nosotros, y por esto sus compañeros y compañeras hicieron una despedida de HASTA LUEGO en un almuerzo de amistad. (Martes 18 de enero fotografías. Esp. Tiberio Murcia Godoy)
Semana de Desarrollo Institucional
Docentes escuchando la disertación (Foto Luis Carlos Hernández)
Docentes pendientes en la información que entregan el rector y coordinador de la Institución.
Coordinador Chavez en su disertación sobre educacion en calidad.
Docentes Sagrario ergara, José Gabriel Muñoz Granada, Diego Sandoval, y Luis Carlos Hernández
lunes, 17 de enero de 2011
Elección de integrantes del Consejo Académico y Docentes al Consejo Directivo
Durante la semana de Desarrollo Institucional, se elaboro el Cronograma de actividades del año 2011, se eligió los integrantes del Consejo Académico y los docentes al Consejo Directivo,
CONSEJO ACADÉMICO
Ciencias Naturales: Consuelo Marroquín
Ciencias Sociales: Tiberio Murcia Godoy
Artística; Diego Sandoval
Ética y Valores; Blanca Botero
Educación Física; William Tinoco
Educación Religiosa; Sagrario Vergara
Humanidades; Luis Carlos Hernandez
Matemáticas; Marco Antonio Jimenez
Tecnología; Claudia Parra
Filosofía; Jairo Humberto Pinto
Ciencias Políticas y económicas; Martha Tellez
Comercio; Edilia Mosquera
DOCENTES AL CONSEJO DIRECTIVO
Doris Bernal Ribera y Jackson Andrei Zambrao Barbosa
Cronograma de actividades del 2011
ENERO
1 al 16 Vacaciones
17 al 21 Desarrollo Institucional. (13 Presentación general de docentes, , autoevaluación institucional)
24 al 28 Recuperaciones.
31 Desempeño Escolar. (31 Inicia Primer Periodo)
FEBRERO
1 al 4 Desempeño Escolar (4 reunión de padres de familia)
7 al 11 Desempeño Escolar.
14 al 18 Desempeño Escolar
21 al 25 Desempeño Escolar.
28 Desempeño Escolar (28 elección de padres de familia al CD)
MARZO
1 al 4 Desempeño Escolar.
7 al 11 Desempeño Escolar.(8, izada de bandera, día de la mujer. Elección Consejo Estudiantil y personero
14 al 18 Desempeño Escolar.
22 al 25 Desempeño Escolar.
28 al 31 Desempeño Escolar (Reunión CD)
ABRIL
al 1 Desempeño Escolar. (1 Jornada Pedagógica)
4 al 8 Desarrollo Institucional (acumulativas. 8 termina IP)
11 al 15 Desempeño Escolar (11 inicia II periodo.11-13 recuperación)
18 al 22 Desarrollo Institucional.
25 al 29 Desempeño Escolar (28 entrega de boletines)
MAYO
2 al 6 Desempeño Escolar
9 al 13 Desempeño Escolar.
16 al 20 Desempeño Escolar. .
23 al 27 Desempeño Escolar. (27 Día de la afrocolombianidad)
30-31 Desempeño Escolar (21 día de la familia)
JUNIO
1 al 3 Desempeño Escolar
7 al 10 Desempeño Escolar.
13 al 17 Desempeño Escolar (17 jornada pedagógica)
20 al 24 Desempeño Escolar.(24 final IIP)
27 al 30 Vacaciones Docentes y estudiantes
JULIO
1 al 8 Vacaciones Docentes y estudiantes
11 al 15 Desempeño Escolar (11 Inicia III periodo, 11-13 Recuperación.14 entrega de planillas)
18 al 22 Desempeño Escolar (21 Izada de bandera Día de Cundinamarca e independencia, Entrega de boletines ).
25 al 29 Desempeño Escolar
AGOSTO
1 al 5 Desempeño Escolar
08 al 12 Desempeño Escolar (8 Izada de bandera, batalla de Boyacá)
16 al 19 Desempeño Escolar.
22 al 26 Desempeño Escolar. (26 jornada pedagógica)
29,30,31 Desempeño Escolar
SEPTIEMBRE
1 al 2 Desempeño escolar.
5 al 09 Desempeño Escolar.
12 al 16 Desempeño Escolar. (12 evaluaciones. 16 finaliza el III periodo
19 al 23 Desempeño Escolar. (19 a 20 recuperaciones, 22 entrega de planillas)
26 al 30 Desempeño Escolar. (26 entrega de boletines, 27 al 30 semana cultural)
OCTUBRE
3 al 7 Desempeño Escolar
10 al 14 Desempeño Escolar. (13 izada de bandera grados sextos, descubrimiento de América, día de la raza ,día del árbol. ).
18 al 11 Desempeño Institucional (Receso estudiantil).
24 al 28 Desempeño Escolar.
NOVIEMBRE
1 al 4 Desempeño Escolar.
8 al 11 Desempeño Escolar. (11 izada de bandera grados, onces, independencia de Cartagena, despedida grados onces, entrega de símbolos al grado décimo).
15 al 18 Desempeño Escolar
21 al 25 Desempeño Escolar. (21 a24 evaluaciones, 25 salida pedagógica).
28 al 30 Desempeño Escolar (28 a 30 recuperaciones)
DICIEMBRE
1 al 2 Desarrollo Institucional. (1 entrega de planillas),
5 al 9 Desarrollo Institucional (7 clausura y grados)
12 al 31 Vacaciones
ENERO 2.011
1 al 14 Vacaciones
14 Retorno de Docentes.
27 Retorno de estudiantes.
1 al 16 Vacaciones
17 al 21 Desarrollo Institucional. (13 Presentación general de docentes, , autoevaluación institucional)
24 al 28 Recuperaciones.
31 Desempeño Escolar. (31 Inicia Primer Periodo)
FEBRERO
1 al 4 Desempeño Escolar (4 reunión de padres de familia)
7 al 11 Desempeño Escolar.
14 al 18 Desempeño Escolar
21 al 25 Desempeño Escolar.
28 Desempeño Escolar (28 elección de padres de familia al CD)
MARZO
1 al 4 Desempeño Escolar.
7 al 11 Desempeño Escolar.(8, izada de bandera, día de la mujer. Elección Consejo Estudiantil y personero
14 al 18 Desempeño Escolar.
22 al 25 Desempeño Escolar.
28 al 31 Desempeño Escolar (Reunión CD)
ABRIL
al 1 Desempeño Escolar. (1 Jornada Pedagógica)
4 al 8 Desarrollo Institucional (acumulativas. 8 termina IP)
11 al 15 Desempeño Escolar (11 inicia II periodo.11-13 recuperación)
18 al 22 Desarrollo Institucional.
25 al 29 Desempeño Escolar (28 entrega de boletines)
MAYO
2 al 6 Desempeño Escolar
9 al 13 Desempeño Escolar.
16 al 20 Desempeño Escolar. .
23 al 27 Desempeño Escolar. (27 Día de la afrocolombianidad)
30-31 Desempeño Escolar (21 día de la familia)
JUNIO
1 al 3 Desempeño Escolar
7 al 10 Desempeño Escolar.
13 al 17 Desempeño Escolar (17 jornada pedagógica)
20 al 24 Desempeño Escolar.(24 final IIP)
27 al 30 Vacaciones Docentes y estudiantes
JULIO
1 al 8 Vacaciones Docentes y estudiantes
11 al 15 Desempeño Escolar (11 Inicia III periodo, 11-13 Recuperación.14 entrega de planillas)
18 al 22 Desempeño Escolar (21 Izada de bandera Día de Cundinamarca e independencia, Entrega de boletines ).
25 al 29 Desempeño Escolar
AGOSTO
1 al 5 Desempeño Escolar
08 al 12 Desempeño Escolar (8 Izada de bandera, batalla de Boyacá)
16 al 19 Desempeño Escolar.
22 al 26 Desempeño Escolar. (26 jornada pedagógica)
29,30,31 Desempeño Escolar
SEPTIEMBRE
1 al 2 Desempeño escolar.
5 al 09 Desempeño Escolar.
12 al 16 Desempeño Escolar. (12 evaluaciones. 16 finaliza el III periodo
19 al 23 Desempeño Escolar. (19 a 20 recuperaciones, 22 entrega de planillas)
26 al 30 Desempeño Escolar. (26 entrega de boletines, 27 al 30 semana cultural)
OCTUBRE
3 al 7 Desempeño Escolar
10 al 14 Desempeño Escolar. (13 izada de bandera grados sextos, descubrimiento de América, día de la raza ,día del árbol. ).
18 al 11 Desempeño Institucional (Receso estudiantil).
24 al 28 Desempeño Escolar.
NOVIEMBRE
1 al 4 Desempeño Escolar.
8 al 11 Desempeño Escolar. (11 izada de bandera grados, onces, independencia de Cartagena, despedida grados onces, entrega de símbolos al grado décimo).
15 al 18 Desempeño Escolar
21 al 25 Desempeño Escolar. (21 a24 evaluaciones, 25 salida pedagógica).
28 al 30 Desempeño Escolar (28 a 30 recuperaciones)
DICIEMBRE
1 al 2 Desarrollo Institucional. (1 entrega de planillas),
5 al 9 Desarrollo Institucional (7 clausura y grados)
12 al 31 Vacaciones
ENERO 2.011
1 al 14 Vacaciones
14 Retorno de Docentes.
27 Retorno de estudiantes.
Ojo con la alcoholimetria
ALCOHOLIMETRÍA EN COLOMBIA MUY IMPORTANTE!!!
NO SE DEJEN ENGAÑAR NI PERJUDICAR POR LOS AGENTES DE TRÁNSITOSEAN RESPONSABLES CON LAS PRUEBAS DE ALCOHOL EN LAS VIAS:
NO SE DEJEN ENGAÑAR NI PERJUDICAR POR LOS AGENTES DE TRÁNSITOSEAN RESPONSABLES CON LAS PRUEBAS DE ALCOHOL EN LAS VIAS:
Antes que todo, deben saber que el límite permisible en Colombia es de 4.0 (el internacional es de 6.0)
Suponga que Ud. se ha tomado una copa de vino y se ha comido unos “tacos”.
La Policía de Tránsito lo detiene cuando está manejando, le exigen la prueba de alcoholimetría y Ud., por decente y honesto, les dice lo que ha bebido.
He aquí lo que sucede a continuación: Con mala actitud el encargado le pide que se baje del vehículo.
Frente a Ud. abre un empaque sellado y saca una boquilla nueva que coloca en el medidor.
Le pide que sople. (Para el ejemplo aquí mencionado, digamos que vino + tacos = aprox. 1.8 de medición).
Le pide que sople. (Para el ejemplo aquí mencionado, digamos que vino + tacos = aprox. 1.8 de medición).
MUCHO OJO, como saben que la gente se pone nerviosa, estos tipos... se aprovechan y...
Le piden que sople de nuevo. NO LO HAGA, porque si vuelve a soplar, los primeros gases que emitió se acumularán a su segundo soplido y la medición será ahora de aprox. 3.65.
Le piden que sople de nuevo. NO LO HAGA, porque si vuelve a soplar, los primeros gases que emitió se acumularán a su segundo soplido y la medición será ahora de aprox. 3.65.
Le piden que sople otra vez: si lo hace, entonces el aparato marcará 5.46, el Agente imprimirá el tiquete que emite el aparato, y con ello habrán construido, ipso facto, "pruebas" que demuestran que Ud. se pasó del límite permitido.
Con el tiquete impreso, ya perdió, porque se acaba de hacer acreedor a una multa de más de 500 mil pesos y la inmovilización del vehículo.
Con el tiquete impreso, ya perdió, porque se acaba de hacer acreedor a una multa de más de 500 mil pesos y la inmovilización del vehículo.
Al investigar sobre las sanciones administrativas resulta que: NADIE ESTÁ OBLIGADO A SOPLAR MÁS DE UNA VEZ...y mucho menos con la misma boquilla.
En caso de dudas, los encargados TIENEN EL DEBER DE ABRIR UNA NUEVA BOQUILLA para no acumular medidas.
Pero recuerden que sólo pueden exigirle que sople POR UNA SOLA VEZ.
Además, la Resolución 000414 de 2002 del INMLCF de Colombia establece que el equipo utilizado DEBE TENER LOS CERTIFICADOS DE CALIBRACION RESPECTIVOS y VIGENTES.
Además, la Resolución 000414 de 2002 del INMLCF de Colombia establece que el equipo utilizado DEBE TENER LOS CERTIFICADOS DE CALIBRACION RESPECTIVOS y VIGENTES.
Usted, como ciudadano tiene el derecho a exigir que le muestren tales Certificados, y la persona que practica la prueba debe tener idoneidad y capacitación DEMOSTRABLE en el manejo del instrumento.
ASÍ QUE ESTÉ ALERTA. NO TRAGUE ENTERO. AH, Y REENVÌE ESTE CORREO. NO SEA EGOÍSTA. ACUÉRDESE DEL REFRÁN QUE DICE: “HOY POR TI… MAÑANA POR MÍ”!!
Enviado por Alfonso Isaza
domingo, 9 de enero de 2011
viernes, 7 de enero de 2011
La Marioneta de Johnny Welch
Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
.-.-.-
Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.
.-.-.-
Andaría cuando los demás se detienen,
Andaría cuando los demás se detienen,
Despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.
.-.-.-
Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,
dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón,
escribiría mi odio sobre hielo, y esperaría a que saliera el sol.
.-.-.-
Pintaría con un sueño de Van Gogh
Pintaría con un sueño de Van Gogh
sobre las estrellas un poema de Benedetti,
y una canción de Serrat sería la serenata
que les ofrecería a la luna.
.-.-.-
Regaría con lágrimas las rosas,
Regaría con lágrimas las rosas,
para sentir el dolor de sus espinas,
y el encarnado beso de sus pétalo...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...
.-.-.-
No dejaría pasar un solo día
No dejaría pasar un solo día
sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos
y viviría enamorado del amor.
.-.-.-
A los hombres les probaría cuán equivocados están,
A los hombres les probaría cuán equivocados están,
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,
sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas,
pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.
.-.-.-
A los viejos les enseñaría que la muerte
A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres
He aprendido que todo el mundo quiere vivir
en la cima de la montaña,
Sin saber que la verdadera felicidad está
en la forma de subir la escarpada.
.-.-.-
He aprendido que cuando un recién nacido
He aprendido que cuando un recién nacido
aprieta con su pequeño puño,
por vez primera, el dedo de su padre,
lo tiene atrapado por siempre.
.-.-.-
He aprendido que un hombre
He aprendido que un hombre
sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,
pero realmente de mucho no habrán de servir,
porque cuando me guarden dentro de esa maleta,
infelizmente me estaré muriendo
.-.-.-.
Tomado de: http://www.rompecadenas.com.ar/marquez.htm
Policarpa revisitada Por: Claudia Bautista
Televisión (Impresa)
Los académicos alzaron las cejas ante la ficción histórica de La Pola, convertida en telenovela en horario Triple A. Pero el público ha quedado prendado. ¿Quién tiene la razón?
Los académicos alzaron las cejas ante la ficción histórica de La Pola, convertida en telenovela en horario Triple A. Pero el público ha quedado prendado. ¿Quién tiene la razón?
Por increíble que parezca, en Colombia, a finales de la primera década del siglo XXI, en la fila del supermercado, la sala de espera del consultorio odontológico o las incómodas sillas del transporte público, se escuchan airadas conversaciones sobre las injusticias que se cometieron contra Antonio Nariño por atreverse a traducir e imprimir los derechos del hombre, se hacen sinceras declaraciones de apoyo a la causa de los comuneros, se habla con propiedad de la inclemencia de los virreyes y se critica con indignación la mentalidad de los esclavistas.
Todas las noches, con estricta puntualidad, millones de colombianos se acomodan frente a una pantalla para seguir las tramas de ficción que tejió el libretista Juan Carlos Pérez y que el director Sergio Cabrera convirtió en un sólido relato audiovisual que ha logrado mantener enganchados a los televidentes con un clásico melodrama ambientado en la época de la Independencia de la Nueva Granada e inspirado en la historia de Policarpa Salavarrieta.
Fueron necesarios cerca de cinco años de investigación sobre una mujer cuya vida previa a una célebre ejecución pública fue escasamente reseñada en documentos oficiales y posteriormente reconstruida en múltiples textos de toda clase —comenzando por una obra de teatro encargada por Francisco de Paula Santander en 1820—, varias negociaciones para convencer a un grupo de ejecutivos de un canal de televisión de asignar el doble del presupuesto acostumbrado a una telenovela nacional emitida en horario Triple-A, dos unidades de producción con cerca de 250 personas trabajando simultáneamente en municipios como Barichara, Guane, Monguí y Villa de Leyva, dos años de trabajo consagrados al diseño de una dirección de arte impecable y una puesta en escena completamente realizada en exteriores, que supera ampliamente el nivel de cualquiera de sus competidoras del “prime time”. El resultado es la telenovela con mayor “rating” de la televisión colombiana: La Pola, amar la hizo libre.
Tal como ocurrió con otros éxitos de audiencia basados en temas históricos como The Tudors —serie canadiense fundamentada en el reinado de Enrique VIII en Gran Bretaña, estrenada en 2007—, y Espartacus, blood and sand —adaptación para la televisión norteamericana de la vida del célebre gladiador Tracio que lideró la rebelión contra los romanos alrededor del 70 a.C., estrenada en enero de 2010—, esta historia de ficción sobre Apolonia Salavarrieta ha suscitado discusiones de todos los niveles: desde las que han devuelto temas trascendentales —como los ideales de igualdad y libertad, el racismo o el rol femenino en la sociedad—, a la conversación cotidiana de oficinistas, universitarios y vendedores ambulantes, hasta serios pronunciamientos de prestigiosos grupos de académicos contra este producto televisivo.
En medio de la aceptación general de esta versión de un cuento mil veces contado, muchos de los reparos giran en torno a las libertades del guión frente a la Historia que con tanto esfuerzo y detalle han construido varias generaciones de estudiosos alrededor de la primera mujer que fue fusilada en la capital colombiana por su compromiso activo con la causa patriota. Buena parte de la crítica se concentra en la construcción del personaje central de la telenovela, que va forjando su carácter mientras espía las actividades revolucionarias de su padre —existe una profusa documentación en torno a la temprana orfandad de la niña Salavarrieta, cuyos padres, Don Joaquín y Doña Mariana, fallecieron en medio de una epidemia de viruela que azotó a Santa Fe en 1802, dejándola al cuidado de su hermana Catarina y su esposo Domingo a la edad de 6 años—. También produjo una profunda indignación entre algunos admiradores de la heroína ver que en la pieza introductoria de todos los capítulos se incluyen tres planos en que Apolonia, La Pola de la telenovela, empuña las armas y se enfrenta al ejército realista —imagen que riñe abiertamente con la de una mujer letrada, considerada por muchos como toda una estratega de las luchas independentistas—.
Con el fin de intensificar el conflicto dramático y construir un melodrama con todas las de la ley, en esta adaptación el personaje de Alejo Sabaraín es un chico de “sangre pura”, hijo de españoles impedido por su linaje para contraer matrimonio con La Pola, condición que dista de la del joven nacido en Honda, hijo de una mujer de Mariquita y un recaudador de impuestos venido de España que se registra en algunos libros de Historia. Pero, tal vez, la más dura de todas las críticas es la que se le hace a la trama de ficción en que se ven envueltos Antonio Nariño, su esposa, Doña Magdalena Ortega, y el joven Jorge Tadeo Lozano, un telenovelesco triángulo amoroso que desdibuja por completo un elaborado ideal de mujer devota hacia su esposo aun en las condiciones más adversas.
También son “ligerezas”, la vinculación del padre de La Pola de la telenovela con el movimiento comunero de Antonio Galán —inspirada en una creencia popular muy difundida que llegó a ojos y oídos del libretista en múltiples ocasiones—, o las clases de lectura y escritura que Apolonia dicta a los esclavos en algunos capítulos —que no es otra cosa que la adaptación para la ficción de la imagen de mujer ilustrada y educadora que tienen de la joven Salavarrieta varias generaciones de colombianos—. Imagen que se potencia sin que nadie proteste cuando La Pola adolescente prefiere leer en voz alta los versos de Sor Juana Inés de la Cruz que hablan de una América bella que vive tan miserable entre las riquezas mismas y manifiesta abiertamente su disgusto cuando se ve obligada a leer una obra de Fray Luis de León en la que se le recuerda que a la mujer buena y honesta la naturaleza no la hizo para el estudio de las ciencias.
La escena en que dos enamorados mueren fusilados en una plaza pública, condenados por enfrentar a un enemigo prácticamente invencible y apoyar a la causa libertadora de un pueblo oprimido, fue una revelación para Juan Carlos Pérez, libretista de La Pola, amar la hizo libre. La contundencia dramática de esa situación lo llevó a buscar más detalles del pasado de esa valiente mujer que incluso en la hora de su muerte se atrevió a desafiar la autoridad, para descubrir que sólo el final de su vida está rigurosamente documentado. Él, que en sus épocas de estudiante tuvo serios problemas con la clase de historia porque no retuvo fechas, cifras, ni nombres con suficiente eficacia, devoró entonces las publicaciones de Indalecio Liévano, José María Espinosa, José Hilario López y José María Caballero entre otros autores que fueron revelando toda una época digna de ser contada en televisión, en la franja de mayor audiencia y con un lenguaje comprensible para cualquiera.
En el camino descubrió que la vida de Antonio Nariño se parece asombrosamente a la historia del Conde de Montecristo y se encontró con el polémico y criticado libro de Carmen Ortega Ricaurte, El enigma del medallón, en el que se construye una interpretación de la vida de Doña Magdalena Ortega de Nariño a partir de la restauración de un retrato suyo que reposa en el Museo del 20 de Julio. Durante este proceso se reveló que el pañolón que cubrió por más de cien años el pecho de la distinguida dama santafereña había sido pintado con posterioridad y cubría un retrato en miniatura de un caballero que resultó ser Jorge Tadeo Lozano. También, claro, conoció la historia de doña Carmen: indignados, los nariñistas publicaron dos libros llenos de pruebas irrefutables contra su teoría y amenazaron con denunciarla por “calumnia histórica” en una elegante disputa que se prolongó por casi una década.
Convencido de que la Historia es cuestión de interpretaciones, e inspirado en películas como Amadeus de Milos Forman y series como Roma de HBO, se dio a la tarea de revivir a La Pola con un lenguaje que se adaptara a los gustos de las mayorías, moviéndose en la esfera de los sentimientos y las emociones para acercar a los televidentes de este siglo a un mundo que ya no existe y humanizar para ellos, una serie de personajes que sólo habían visto en monumentos, museos y libros de texto.
En ese proceso fueron definitivos el rigor y minuciosidad con que Rosario Lozano diseñó y ejecutó la dirección de arte, cualidades que llevaron al equipo a discutir, por ejemplo, la posibilidad de evitar algunos árboles en los planos porque no era posible que hubieran sido sembrados en América en esa época; y la visión de Fabio Zambrano, su asesor histórico, con respecto al riesgo de pretender construir una sola verdad sobre el pasado y la única seguridad de contar con varias versiones de lo ocurrido.
Estrenada en septiembre de 2010, esta telenovela registra un promedio de 43 puntos de “rating” y en los foros de su sitio en la web se pueden leer comentarios de televidentes aliviados: “Ya estábamos cansados de tanta apología a los narcos y prepagos”, exaltados patriotas: “Vive Antonio Nariño por siempre en las memorias y en los corazones de todos los colombianos”, personas interesadas en profundizar sobre el tema: “Me gustaría que pusieran alguna referencia del año que está transcurriendo para ubicarme un poco más en el contexto” y espectadores que invitan a la reflexión sobre nuestro presente: “Deberíamos preguntarnos ¿cuánto costó nuestra libertad? ¿Y de qué manera la estamos usando? Matándonos y odiándonos unos a otros, ¿para eso es la libertad”. Palabras que, en ese espacio virtual, se convierten en conmovedoras pruebas del efecto contagioso que tuvo el interés de un libretista en la vida de una mujer excepcional para su época.
Envueltos en el éxito de audiencia y leyendo entre líneas en esos mismos espacios, se encuentran buenos motivos para validar la preocupación de los círculos académicos por la veracidad del relato: “Por favor, pásenla más temprano, porque tengo que entregar un resumen del capítulo para la clase de historia”, “una excelente producción, sobre todo para que los jóvenes aprendan nuestra historia”, “por fin algo de historia patria que eduque a nuestros hijos”, frases sinceras, escritas con muy buena intención, que revelan la negligencia de padres y educadores cuando delegan en una telenovela la enseñanza de cualquier tema. En este caso particular, cabe preguntarse, ¿se puede exigir a un libretista y sus asesores que se responsabilicen por la educación histórica? ¿Es preferible que no se hiciera este tipo de telenovela? ¿No sería mejor explotar su impacto masivo y ampliar la discusión en torno a sus contenidos en hogares y salones de clase
La Pola, amar la hizo libre —al igual que la tragedia en cinco actos escrita por José María Domínguez Roche en 1820 para honrar la memoria de su protagonista—, es una mirada de ficción sobre un momento histórico. Se trata de uno de los pocos productos comerciales que explora temas importantes para el país, una obra coherente con su género y respetuosa con el espectador, a la que no se le puede exigir que deje de ser lo que es: una telenovela de horario Triple-A. Así lo afirma su creador: “Estoy muy orgulloso de que la gente la utilice como un punto de partida, pero no quisiera que la asuman como La Verdad sobre ese momento y esos personajes, así como creo que ningún texto de historia contiene la verdad absoluta”.
Ante la pobreza y uniformidad de la oferta en la televisión colombiana, plagada de acentos neutros, producciones carentes de identidad, personajes estereotipados, temas insulsos y tratamientos frívolos, sería una verdadera torpeza desperdiciar el interés que esta telenovela ha despertado. Lejos de ser un atentado contra los mitos fundacionales de este país, se trata de una prueba de que es posible construir nuevos relatos con pulcritud en el lenguaje y capacidad de impactar en públicos diversos, dándole un significado más amplio a nuestro pasado. Con un poco de suerte, La Pola puede dejar la puerta abierta para nuevas producciones de buena calidad, que den un respiro a los televidentes en medio de un océano de culebrones mal contados.
Escrito por CLAUDIA BAUTISTA.
Tomado de:
http://www.revistaarcadia.com/impresa/articulo/policarpa-revisitada/24062
Todas las noches, con estricta puntualidad, millones de colombianos se acomodan frente a una pantalla para seguir las tramas de ficción que tejió el libretista Juan Carlos Pérez y que el director Sergio Cabrera convirtió en un sólido relato audiovisual que ha logrado mantener enganchados a los televidentes con un clásico melodrama ambientado en la época de la Independencia de la Nueva Granada e inspirado en la historia de Policarpa Salavarrieta.
Fueron necesarios cerca de cinco años de investigación sobre una mujer cuya vida previa a una célebre ejecución pública fue escasamente reseñada en documentos oficiales y posteriormente reconstruida en múltiples textos de toda clase —comenzando por una obra de teatro encargada por Francisco de Paula Santander en 1820—, varias negociaciones para convencer a un grupo de ejecutivos de un canal de televisión de asignar el doble del presupuesto acostumbrado a una telenovela nacional emitida en horario Triple-A, dos unidades de producción con cerca de 250 personas trabajando simultáneamente en municipios como Barichara, Guane, Monguí y Villa de Leyva, dos años de trabajo consagrados al diseño de una dirección de arte impecable y una puesta en escena completamente realizada en exteriores, que supera ampliamente el nivel de cualquiera de sus competidoras del “prime time”. El resultado es la telenovela con mayor “rating” de la televisión colombiana: La Pola, amar la hizo libre.
Tal como ocurrió con otros éxitos de audiencia basados en temas históricos como The Tudors —serie canadiense fundamentada en el reinado de Enrique VIII en Gran Bretaña, estrenada en 2007—, y Espartacus, blood and sand —adaptación para la televisión norteamericana de la vida del célebre gladiador Tracio que lideró la rebelión contra los romanos alrededor del 70 a.C., estrenada en enero de 2010—, esta historia de ficción sobre Apolonia Salavarrieta ha suscitado discusiones de todos los niveles: desde las que han devuelto temas trascendentales —como los ideales de igualdad y libertad, el racismo o el rol femenino en la sociedad—, a la conversación cotidiana de oficinistas, universitarios y vendedores ambulantes, hasta serios pronunciamientos de prestigiosos grupos de académicos contra este producto televisivo.
En medio de la aceptación general de esta versión de un cuento mil veces contado, muchos de los reparos giran en torno a las libertades del guión frente a la Historia que con tanto esfuerzo y detalle han construido varias generaciones de estudiosos alrededor de la primera mujer que fue fusilada en la capital colombiana por su compromiso activo con la causa patriota. Buena parte de la crítica se concentra en la construcción del personaje central de la telenovela, que va forjando su carácter mientras espía las actividades revolucionarias de su padre —existe una profusa documentación en torno a la temprana orfandad de la niña Salavarrieta, cuyos padres, Don Joaquín y Doña Mariana, fallecieron en medio de una epidemia de viruela que azotó a Santa Fe en 1802, dejándola al cuidado de su hermana Catarina y su esposo Domingo a la edad de 6 años—. También produjo una profunda indignación entre algunos admiradores de la heroína ver que en la pieza introductoria de todos los capítulos se incluyen tres planos en que Apolonia, La Pola de la telenovela, empuña las armas y se enfrenta al ejército realista —imagen que riñe abiertamente con la de una mujer letrada, considerada por muchos como toda una estratega de las luchas independentistas—.
Con el fin de intensificar el conflicto dramático y construir un melodrama con todas las de la ley, en esta adaptación el personaje de Alejo Sabaraín es un chico de “sangre pura”, hijo de españoles impedido por su linaje para contraer matrimonio con La Pola, condición que dista de la del joven nacido en Honda, hijo de una mujer de Mariquita y un recaudador de impuestos venido de España que se registra en algunos libros de Historia. Pero, tal vez, la más dura de todas las críticas es la que se le hace a la trama de ficción en que se ven envueltos Antonio Nariño, su esposa, Doña Magdalena Ortega, y el joven Jorge Tadeo Lozano, un telenovelesco triángulo amoroso que desdibuja por completo un elaborado ideal de mujer devota hacia su esposo aun en las condiciones más adversas.
También son “ligerezas”, la vinculación del padre de La Pola de la telenovela con el movimiento comunero de Antonio Galán —inspirada en una creencia popular muy difundida que llegó a ojos y oídos del libretista en múltiples ocasiones—, o las clases de lectura y escritura que Apolonia dicta a los esclavos en algunos capítulos —que no es otra cosa que la adaptación para la ficción de la imagen de mujer ilustrada y educadora que tienen de la joven Salavarrieta varias generaciones de colombianos—. Imagen que se potencia sin que nadie proteste cuando La Pola adolescente prefiere leer en voz alta los versos de Sor Juana Inés de la Cruz que hablan de una América bella que vive tan miserable entre las riquezas mismas y manifiesta abiertamente su disgusto cuando se ve obligada a leer una obra de Fray Luis de León en la que se le recuerda que a la mujer buena y honesta la naturaleza no la hizo para el estudio de las ciencias.
La escena en que dos enamorados mueren fusilados en una plaza pública, condenados por enfrentar a un enemigo prácticamente invencible y apoyar a la causa libertadora de un pueblo oprimido, fue una revelación para Juan Carlos Pérez, libretista de La Pola, amar la hizo libre. La contundencia dramática de esa situación lo llevó a buscar más detalles del pasado de esa valiente mujer que incluso en la hora de su muerte se atrevió a desafiar la autoridad, para descubrir que sólo el final de su vida está rigurosamente documentado. Él, que en sus épocas de estudiante tuvo serios problemas con la clase de historia porque no retuvo fechas, cifras, ni nombres con suficiente eficacia, devoró entonces las publicaciones de Indalecio Liévano, José María Espinosa, José Hilario López y José María Caballero entre otros autores que fueron revelando toda una época digna de ser contada en televisión, en la franja de mayor audiencia y con un lenguaje comprensible para cualquiera.
En el camino descubrió que la vida de Antonio Nariño se parece asombrosamente a la historia del Conde de Montecristo y se encontró con el polémico y criticado libro de Carmen Ortega Ricaurte, El enigma del medallón, en el que se construye una interpretación de la vida de Doña Magdalena Ortega de Nariño a partir de la restauración de un retrato suyo que reposa en el Museo del 20 de Julio. Durante este proceso se reveló que el pañolón que cubrió por más de cien años el pecho de la distinguida dama santafereña había sido pintado con posterioridad y cubría un retrato en miniatura de un caballero que resultó ser Jorge Tadeo Lozano. También, claro, conoció la historia de doña Carmen: indignados, los nariñistas publicaron dos libros llenos de pruebas irrefutables contra su teoría y amenazaron con denunciarla por “calumnia histórica” en una elegante disputa que se prolongó por casi una década.
Convencido de que la Historia es cuestión de interpretaciones, e inspirado en películas como Amadeus de Milos Forman y series como Roma de HBO, se dio a la tarea de revivir a La Pola con un lenguaje que se adaptara a los gustos de las mayorías, moviéndose en la esfera de los sentimientos y las emociones para acercar a los televidentes de este siglo a un mundo que ya no existe y humanizar para ellos, una serie de personajes que sólo habían visto en monumentos, museos y libros de texto.
En ese proceso fueron definitivos el rigor y minuciosidad con que Rosario Lozano diseñó y ejecutó la dirección de arte, cualidades que llevaron al equipo a discutir, por ejemplo, la posibilidad de evitar algunos árboles en los planos porque no era posible que hubieran sido sembrados en América en esa época; y la visión de Fabio Zambrano, su asesor histórico, con respecto al riesgo de pretender construir una sola verdad sobre el pasado y la única seguridad de contar con varias versiones de lo ocurrido.
Estrenada en septiembre de 2010, esta telenovela registra un promedio de 43 puntos de “rating” y en los foros de su sitio en la web se pueden leer comentarios de televidentes aliviados: “Ya estábamos cansados de tanta apología a los narcos y prepagos”, exaltados patriotas: “Vive Antonio Nariño por siempre en las memorias y en los corazones de todos los colombianos”, personas interesadas en profundizar sobre el tema: “Me gustaría que pusieran alguna referencia del año que está transcurriendo para ubicarme un poco más en el contexto” y espectadores que invitan a la reflexión sobre nuestro presente: “Deberíamos preguntarnos ¿cuánto costó nuestra libertad? ¿Y de qué manera la estamos usando? Matándonos y odiándonos unos a otros, ¿para eso es la libertad”. Palabras que, en ese espacio virtual, se convierten en conmovedoras pruebas del efecto contagioso que tuvo el interés de un libretista en la vida de una mujer excepcional para su época.
Envueltos en el éxito de audiencia y leyendo entre líneas en esos mismos espacios, se encuentran buenos motivos para validar la preocupación de los círculos académicos por la veracidad del relato: “Por favor, pásenla más temprano, porque tengo que entregar un resumen del capítulo para la clase de historia”, “una excelente producción, sobre todo para que los jóvenes aprendan nuestra historia”, “por fin algo de historia patria que eduque a nuestros hijos”, frases sinceras, escritas con muy buena intención, que revelan la negligencia de padres y educadores cuando delegan en una telenovela la enseñanza de cualquier tema. En este caso particular, cabe preguntarse, ¿se puede exigir a un libretista y sus asesores que se responsabilicen por la educación histórica? ¿Es preferible que no se hiciera este tipo de telenovela? ¿No sería mejor explotar su impacto masivo y ampliar la discusión en torno a sus contenidos en hogares y salones de clase
La Pola, amar la hizo libre —al igual que la tragedia en cinco actos escrita por José María Domínguez Roche en 1820 para honrar la memoria de su protagonista—, es una mirada de ficción sobre un momento histórico. Se trata de uno de los pocos productos comerciales que explora temas importantes para el país, una obra coherente con su género y respetuosa con el espectador, a la que no se le puede exigir que deje de ser lo que es: una telenovela de horario Triple-A. Así lo afirma su creador: “Estoy muy orgulloso de que la gente la utilice como un punto de partida, pero no quisiera que la asuman como La Verdad sobre ese momento y esos personajes, así como creo que ningún texto de historia contiene la verdad absoluta”.
Ante la pobreza y uniformidad de la oferta en la televisión colombiana, plagada de acentos neutros, producciones carentes de identidad, personajes estereotipados, temas insulsos y tratamientos frívolos, sería una verdadera torpeza desperdiciar el interés que esta telenovela ha despertado. Lejos de ser un atentado contra los mitos fundacionales de este país, se trata de una prueba de que es posible construir nuevos relatos con pulcritud en el lenguaje y capacidad de impactar en públicos diversos, dándole un significado más amplio a nuestro pasado. Con un poco de suerte, La Pola puede dejar la puerta abierta para nuevas producciones de buena calidad, que den un respiro a los televidentes en medio de un océano de culebrones mal contados.
Escrito por CLAUDIA BAUTISTA.
Tomado de:
http://www.revistaarcadia.com/impresa/articulo/policarpa-revisitada/24062
martes, 4 de enero de 2011
Cata de David Guillermo Zafra Calderon a la Ministra de Educación
· Zafra Abogados Usted, con su acción, de cierta manera escribió en la Constitución del 91 varios textos referidos a la educación, evoco dos: El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación…., este texto se puntualiza y desarrolla en otros textos constitucionales. La otra cita que invoco esta en el artículo 44 y es una piedra preciosa: “Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”
Pues bien el próximo mes habrá un nuevo gobierno y en mi opinión debería cesar el proceso de confrontación entre el Ministerio y los educadores; dedicamos 8 años continuos defender la Educación Pública. Pero el método empleado, el del paro y la movilización, han sufrido el desgaste suficiente y han mellado los sueños y las aspiraciones de los docentes.
Es la hora de enterrar los odios. En gran gesta denotamos un referendo y contribuimos a la existencia de una oposición, débil hoy pero no derrotada. Ahora la contradictoria se retira de la arena y nosotros deberíamos retomar el camino de defender la Constitución y proponer a quienes llegan a ocupar el Ministerio, sentarnos en mesa redonda y acordar un plan de cuatro años, con un compromiso ético para elevar la calidad de la educación pública.
Es muy similar a lo que logramos con Bogotá sin hambre. Es otro sueño igual, 4 años para instalar cincuenta mil aulas inteligentes en el país, cien mil docentes capacitados en el manejo de instrumentos modernos. Colombia necesita 50.000 maestros bilingües en primaria y podrían enumerarse por esta vía muchas otras cosas como 5.000 mega colegios similares a los construidos en Bogotá, con todo, incluido el restaurante escolar.
Para iniciar se requiere que miles, decenas de miles de docentes, se dispongan a unirse en un proyecto superior a aquel que hubiéramos planteado si hubiera sido elegido presidente el candidato del Polo o del Partido Verde.
Es volver por el abandonado proyecto del Movimiento Pedagógico. Es volver por el noble sentido social de las y los docentes. Es mantener la bandera de la defensa de la Educación Pública.
Enseñémosle a la SOCIEDAD, el estado de la infraestructura educativa y convoquémosla a mejorarla. No más miseria en las escuelas y colegios públicos, los y las docentes fácilmente pueden volver a ser el dínamo social del compromiso ético por la calidad de la educación.
El Estado debe aportar un presupuesto social intocable destinado a elevar la calidad de la educación, aumentar varias veces lo que cada municipio, departamento y Nación destina a los niños y las niñas en educación.
Para empezar será preciso, llevar esta propuesta a quienes proclaman hoy la Unidad Nacional. Si vamos a enterrar los odios, si vamos a hacer un compromiso, la primera acción que se requiere es borrar aquellas talanqueras jurídicas que afectan los derechos conquistados por los y las educadoras. El nuevo gobierno puede asumir ese proyecto, pero si lo hace con el respaldo de los y las docentes oficiales puede tener un éxito asegurado.
El primer paso no es una ley de nuevo estatuto docente. El primer paso es enterrar los odios, odios como los siguientes:
No más colegios en concesión, no más evaluaciones, no más periodos de prueba, no más concursos para ascenso. Enterrados así, en vez de colegios en concesión, mejores establecimientos públicos; en vez de evaluación capacitación y reconocimiento de méritos; en vez de período de prueba, nombramiento en propiedad; en vez de un resultado superior al 90% para ascender, ascenso automático, con el único requisito de tiempo de servicio, bastante mérito es construir la patria, cada día en la labor pedagógica.
A esto te invito, a que te la juegues por esto. Invita a tus dirigentes sindicales y políticos a deponer toda lucha intestina, requerimos una FECODE sólidamente unida, requerimos que sea vocera ante la sociedad para ganarnos su aprecio y el respeto que merecemos.
Si compartes esta idea, si estas dispuesto a un compromiso ético por la calidad de la educación pública, firma esta carta al lado de los compañeros de tu escuela o colegio y llama a la sociedad a convertir la escuela en el sitio donde haremos realidad lo escrito en la Constitución del 91.
.Señora Ministra de Educación
Doctora María Fernanda Ocampo
Cordial Saludo,
Felicitaciones por su nombramiento.
De todos los nuevos Ministros, usted ha asumido la responsabilidad más difícil. Saludamos que haya aceptado el cargo y le proponemos diálogo Nacional, para acordar un compromiso ético por la calidad de la educación.
Si de este texto, llegaran miles al Ministerio de Educación, lograríamos abrir la puerta de la concertación para hacer prevalecer las banderas de la Construcción de una patria mejor, contra las banderas de la confrontación como única alternativa.
Aquí pensando en cuantos odios están inspirando la acción de los educadores nuevos, del 1278 y se me da por escribir una propuesta.
"Es algo así como crear un movimiento que lo llamaré: Movimiento P (Pe de pedagógico, Pe de político, Pe de participativo, Pe de polémico, Pe de propuesta) en fin. Esta experiencia haber vivido más de cuarenta años defendiendo los intereses de la educación pública y de los educadores no me la voy a guardar. La voy a escribir como me salga y si no resulta esto como una contribución al futuro del gremio docente, la dejo como testamento, para que dentro de cuatro años u ocho si Santos repite, alguien la vuelva a leer y diga “hagámosle, que al fin y al cabo, ser docentes es servirle a la patria y la patria es mi escuela y es mi pueblo”.
Porque al final de cuentas todo lo que hacemos, lo hacemos por los hijos, por los niños y las niñas y eso es lo que le podemos contar a los nietos.
Si me lees espero crearte una inquietud.
Más si lo que quieres es la molicie o vivir de las pequeñas y miserables luchas por el protagonismo del poder, entonces no me leas.
Estas llamando a no ser, tarde viniste.
Más a esta altura de la lectura, ya no tienes remedio, tienes que seguir leyendo así sea para maldecirme al final.
Tienes que seguir pensando, porque eres docente y porque el problema de los humanos, nace de pensar. Las bestias no piensan y por eso no tienen problemas, pero tu, como dice el poeta, por ser docente eres el problema del pueblo.
Atentamente,
DAVID GUILLERMO ZAFRA CALDERON
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