jueves, 27 de mayo de 2010

El álbum de láminas y el voto del domingo

En estos días, buscando imágenes de orquídeas en Internet, tropecé con algo maravilloso: el Jardín Botánico de Madrid ha publicado en la red los 7.100 dibujos que tiene de plantas pintadas por los compañeros de José Celestino Mutis, lo que permitirá a niños y maestros hacer sus Expediciones Botánicas, después de doscientos años, comparando este hermoso álbum de laminitas con las matas de su vereda, su pueblo o su barrio.

El jardín hace así un gesto de compensación inteligente, de pago de una "deuda histórica", a la antigua colonia, que probablemente disminuirá la presión de los que quieren que esos dibujos vuelvan a nuestro país, de donde se los llevó el general Pablo Morillo después de fusilar a varios de sus autores. Lo curioso, porque muestra cierta supervivencia de la mentalidad monárquica anterior a la Independencia, es la presentación del director del jardín en la que afirma que ese proyecto fue "financiado por la Corona cuando Colombia no se había independizado".

Por supuesto, la expedición la financiaron los habitantes de la Nueva Granada con sus tributos. Lo que hizo el rey de España fue autorizar a que las autoridades locales sacaran algo de lo que los mineros, agricultores y comerciantes entregaban para sostener al rey, y lo dejaran en Bogotá o Mariquita para pagar los trabajos de José Celestino Mutis y sus colaboradores. ¡Lo que se financió con el trabajo de los indios, los esclavos y los criollos se ve ahora como un acto de generosidad, como ocurría antes de la Independencia, cuando el patrimonio público y el del rey eran lo mismo, y lo que hacía el gobierno era un gesto de bondad del monarca con sus súbditos!

Esto viene muy a propósito de algunos esfuerzos por convencer a los colombianos de votar, en agradecimiento al Gobierno por los favores recibidos, por el candidato oficial, por el "primogénito" Juan Manuel Santos, como lo llaman algunos de sus ingenuos defensores. En efecto, se anuncia para dos días antes de las votaciones una marcha de "acción de gracias" al Presidente, un acto que todos, uribistas y no uribistas, interpretan como parte de la campaña electoral: busca recordar a los que reciben subsidios y ayudas, a los que usan los servicios del Estado, que esos servicios no son un derecho ciudadano, una política pública regulada legalmente, financiada con el trabajo de todos, con el dinero de los impuestos, sino un favor personal, algo que hay que agradecer y pagar. Y que la mejor forma de hacerlo es votando por el heredero escogido por el Mandatario.

De este modo se mantiene viva la imagen de una política cuyos orígenes autoritarios y paternalistas están en el imperio español, y se trata de hacer olvidar que cuando un gobernante abre una escuela, un hospital o una carretera, la plata la pusieron los ciudadanos con su trabajo y sus impuestos, y no salió del bolsillo de los que viven recordando, una y otra vez, todo el esfuerzo que han hecho para dar una ayuda a sus compatriotas. Son los congresistas y gobernantes los que tienen que agradecer a los ciudadanos, y no al revés.

Hace veinte años, Luis Carlos Galán trató de acabar esta forma personal y clientelista de hacer política, la política de favores y no de derechos y normas. Fue ridiculizado entonces, por pretender algo tan contrario a nuestra tradición, por moralista, por creerse más decente que los demás, por la ingenuidad de pensar que la acción pública podía basarse en ideas y programas, en intereses colectivos y no en transacciones con los congresistas, por buscar que la política la ejecutaran instituciones fuertes e independientes, ajenas a los estados de ánimo de los mandatarios.

Esta semana, los colombianos que apoyen a Mockus estarán votando por una nueva independencia y por un gobierno que no haga favores personales, para después cobrarlos en las elecciones del 2014.
www.jorgeorlandomelo.com
Jorge Orlando Melo

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