Foto: Cortesía del Canal RCN
Antes de que la novela empezara a emitirse, los habitantes de Guaduas habían mostrado su rechazo por la imagen que muestran de la heroína y porque no se grabó ni un capítulo allí.
Antes de que la novela empezara a emitirse, los habitantes de Guaduas habían mostrado su rechazo por la imagen que muestran de la heroína y porque no se grabó ni un capítulo allí.
Según los expertos, la novela muestra a una heroína distinta a la de los libros. El libretista dice que no pretende ser un documento histórico.
Con apenas cinco capítulos al aire, la novela del Canal RCN, La Pola, amar la hizo libre, no sólo ha despertado la curiosidad de buena parte de los colombianos por esa gran producción de época, sino que también ha generado controversia entre historiadores.
El presidente de la Academia de la Historia de Cundinamarca, David Rubio, fue el primero en llamar la atención por lo que considera "errores" que convierten a la nueva apuesta de RCN en "un falso histórico".
El académico y estudioso de la vida de 'la Pola' dice que no entiende por qué si la producción es histórica tergiversa hechos que han sido ampliamente documentados en muchos libros -en 1820 se escribió por pedido de Francisco de Paula Santander el primer libro sobre la vida Policarpa y fue una obra de teatro- y que esas imprecisiones "llevarán a los jóvenes a desconocer la verdad y a hacerse a ideas erróneas de lo que fue la mártir".
Rubio, quien nació en la tierra de 'la Pola' -interpretada inicialmente por la actriz Ana María Estupiñán y luego por Carolina Ramírez-, asegura que para la época (1807), los padres de Policarpa Salavarrieta ya habían muerto, como consecuencia de una epidemia de viruela.
"La novela muestra que los papás la regañan y la reprimen, cuando la historia documentada revela que 'la Pola' quedó huérfana a los 6 años, y después de la muerte de sus padres, en 1802, regresa, al parecer, de Santa Fe con su hermano menor, Bibiano, a Guaduas y queda bajo el cuidado de su hermana, Catarina, y de su esposo, Domingo", señala.
Pero si algo genera indignación en Rubio es que en la producción aparece la heroína empuñando armas. "Lamento que se haya hecho una inversión para el montaje de una novela que la muestra como alzada en armas", asegura el historiador.
'Eso no nos lo enseñaron'
La posición de David Rubio es respaldada por Jeimy López, directora del Centro de Memoria de Guaduas. "A todos los nacidos en Guaduas nos enseñaron desde la escuela que 'la Pola' nunca cogió armas. Ella sí fue una estratega que creció con la lucha de las ideas", indica López.
El historiador guaduense agrega que un fallo más de la producción es que presenta al joven Alejo Zabaraín como español y defensor de la causa de la corona, cuando en realidad era un criollo nacido en Honda y simpatizante de los patriotas.
"La mamá (María Teresa Ramos) era de Mariquita y su padre, Francisco José Zabaraín, era un español que llegó a recaudar las rentas de las minas de plata", explica el historiador, quien además señala que por eso no entiende cómo en los primeros capítulos Alejo habla de ser de "sangre azul" y que 'la Pola' es de "sangre sucia".
Hay concesiones del autor
El libretista de la novela, Juan Carlos Pérez, defiende la producción y dice que "'la Pola' no pretende ser un documento histórico, es la interpretación de unos hechos".
Pérez argumenta que frente a la historia hay una corriente ortodoxa, a la que le importa la rigurosidad, pero también hay una corriente moderna, que "se mueve dentro de lo sociológico y antropológico", y en esta última se desarrolló el guión.
Explicó que muchos detalles de la historia han sido cambiados porque hace falta documentación sobre la vida de 'la Pola' y que en otros casos se trata de "concesiones" que él, como autor, tiene que hacer. "Eso no quiere decir que los hechos comprobables no vayan a estar", afirmó.
El historiador Fabio Zambrano, quien asesoró a Pérez en su investigación de cuatro años, también destaca la poca documentación y las inconsistencias encontradas en los archivos, pero resalta que a pesar de eso "la producción refleja muchos hechos de la época". "Lo que hay es un problema de enfoque: cada historiador interpreta de forma distinta lo que lee y de acuerdo a eso crea una versión", añade.
En un punto más intermedio se ubica Germán Caballero, miembro de la Academia de la Historia de Cundinamarca. Caballero dice que la mayor parte de la historia de Policarpa Salavarrieta como persona no está totalmente documentada, pero sí como libertadora, y hay testimonios y escritos. Aclara que "una novela no necesariamente obedece a la verdad histórica".
Caballero concluye que lo que se ha generado al rededor de la producción de RCN "es una polémica provechosa, que si se usa apropiadamente puede ser constructiva".
REDACCIÓN CUNDINAMARCA*Con información de Paola Casallas
Con apenas cinco capítulos al aire, la novela del Canal RCN, La Pola, amar la hizo libre, no sólo ha despertado la curiosidad de buena parte de los colombianos por esa gran producción de época, sino que también ha generado controversia entre historiadores.
El presidente de la Academia de la Historia de Cundinamarca, David Rubio, fue el primero en llamar la atención por lo que considera "errores" que convierten a la nueva apuesta de RCN en "un falso histórico".
El académico y estudioso de la vida de 'la Pola' dice que no entiende por qué si la producción es histórica tergiversa hechos que han sido ampliamente documentados en muchos libros -en 1820 se escribió por pedido de Francisco de Paula Santander el primer libro sobre la vida Policarpa y fue una obra de teatro- y que esas imprecisiones "llevarán a los jóvenes a desconocer la verdad y a hacerse a ideas erróneas de lo que fue la mártir".
Rubio, quien nació en la tierra de 'la Pola' -interpretada inicialmente por la actriz Ana María Estupiñán y luego por Carolina Ramírez-, asegura que para la época (1807), los padres de Policarpa Salavarrieta ya habían muerto, como consecuencia de una epidemia de viruela.
"La novela muestra que los papás la regañan y la reprimen, cuando la historia documentada revela que 'la Pola' quedó huérfana a los 6 años, y después de la muerte de sus padres, en 1802, regresa, al parecer, de Santa Fe con su hermano menor, Bibiano, a Guaduas y queda bajo el cuidado de su hermana, Catarina, y de su esposo, Domingo", señala.
Pero si algo genera indignación en Rubio es que en la producción aparece la heroína empuñando armas. "Lamento que se haya hecho una inversión para el montaje de una novela que la muestra como alzada en armas", asegura el historiador.
'Eso no nos lo enseñaron'
La posición de David Rubio es respaldada por Jeimy López, directora del Centro de Memoria de Guaduas. "A todos los nacidos en Guaduas nos enseñaron desde la escuela que 'la Pola' nunca cogió armas. Ella sí fue una estratega que creció con la lucha de las ideas", indica López.
El historiador guaduense agrega que un fallo más de la producción es que presenta al joven Alejo Zabaraín como español y defensor de la causa de la corona, cuando en realidad era un criollo nacido en Honda y simpatizante de los patriotas.
"La mamá (María Teresa Ramos) era de Mariquita y su padre, Francisco José Zabaraín, era un español que llegó a recaudar las rentas de las minas de plata", explica el historiador, quien además señala que por eso no entiende cómo en los primeros capítulos Alejo habla de ser de "sangre azul" y que 'la Pola' es de "sangre sucia".
Hay concesiones del autor
El libretista de la novela, Juan Carlos Pérez, defiende la producción y dice que "'la Pola' no pretende ser un documento histórico, es la interpretación de unos hechos".
Pérez argumenta que frente a la historia hay una corriente ortodoxa, a la que le importa la rigurosidad, pero también hay una corriente moderna, que "se mueve dentro de lo sociológico y antropológico", y en esta última se desarrolló el guión.
Explicó que muchos detalles de la historia han sido cambiados porque hace falta documentación sobre la vida de 'la Pola' y que en otros casos se trata de "concesiones" que él, como autor, tiene que hacer. "Eso no quiere decir que los hechos comprobables no vayan a estar", afirmó.
El historiador Fabio Zambrano, quien asesoró a Pérez en su investigación de cuatro años, también destaca la poca documentación y las inconsistencias encontradas en los archivos, pero resalta que a pesar de eso "la producción refleja muchos hechos de la época". "Lo que hay es un problema de enfoque: cada historiador interpreta de forma distinta lo que lee y de acuerdo a eso crea una versión", añade.
En un punto más intermedio se ubica Germán Caballero, miembro de la Academia de la Historia de Cundinamarca. Caballero dice que la mayor parte de la historia de Policarpa Salavarrieta como persona no está totalmente documentada, pero sí como libertadora, y hay testimonios y escritos. Aclara que "una novela no necesariamente obedece a la verdad histórica".
Caballero concluye que lo que se ha generado al rededor de la producción de RCN "es una polémica provechosa, que si se usa apropiadamente puede ser constructiva".
REDACCIÓN CUNDINAMARCA*Con información de Paola Casallas
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