Puerto Bogotá, Guaduas. Domingo 25 de enero de 2009.
La carroza de la Inspección de Puerto Bogotá. Es alegórica a la Ruta de la Independencia, se observa en la parte inferior dos bogas y un champan. Los Bogas eran en forma figurada, el motor de las embarcaciones que navegaban el río Arly, Caripuaña, Guacahayo, o Yuma, hoy río Grande de la Magdalena.
Ellos con su fuerza muscular, echaban palo, río arriba, río abajo, transportando carga o personas que transitaban el río. Los Bogas daban la bienvenida o despedían a los múltiples viajeros qué arribaban al Nuevo Reino de Granada.
Aquí en la Villa de San Miguel de Guaduas, en el puerto Gallote,(hoy Puerto Bogotá), era el sitio obligado por la Corona para que descargaran o cargaran a oidores, letrados, comerciantes, viajeros y toda esa gama de personalidades que estaban instalándose en este nuevo territorio inhóspito para los europeos.
Desde Puerto Gallote, ascendiendo la intricada montaña, atravesando riachuelos, o cerro Sargento, cargueros o muleros iniciaban la travesía, eso si, con gran dificultad por este Nuevo Mundo.
Este Camino Real, construido paralelamente a los caminos ancestrales de los aborígenes Panches, fue el que el hombre español, con mano esclava tanto aborigen y negra construyo, camino que desde mediados del siglo XVII inicio su construcción, y el cual muchos años después contribuyo a la gesta libertadora, desde José Antonio Galán, o nuestra heroína Policarpa Salavarrieta, y hombres como Bolívar, Santander, Maza, Sucre, Nariño, Páez, Obando, Girardot, o en veloz huida, Samano. el último Virrey español.
De ahí que el Camino conocido de Honda a Santafé de Bogotá, jugo un papel relevante en la historia de nuestra naciente nación, hasta el día de hoy. Cuanta dificultad tuvieron sus primeros andantes, y cuanta sus constructores, abriendo un camino a la civilización.
Cada sendero que marcaba el camino, cada fonda qué recibía el viajero, cada piedra muy bien colocada que sirvió como soporte a la nueva civilización que emergía en America.
De ahí que esta carroza, evoca ese pasado escrito con piedra, donde arrieros, muleros, viajeros observaron, tal vez lenta o con rapidez como descendía Policarpa hacia Honda, a encontrarse con Alejo Zabarain, su amigo, su confidente, su amor.
O a miles de hombres descamisados, acompañados de sus esposas e hijos en busca de la libertad, por aquí pasaron raudamente los comuneros, los patriotas, los revolucionarios de la época, las huestes reales, los virreyes, oidores y letrados rumbo a Guaduas para pernoctar luego de ese inclemente viaje de tantos meses en la mar, o tantos días en el río.
Pero también aquellos hombres que forjados en la lucha diaria, emprendían largos caminos, a veces del no retorno, pero también de ansiedad de libertad. Palomo el caballo del Libertador atravesó airosamente nuestros campos, cargando a uno de los tantos hombres gloriosos, como el General Simon Bolívar, o al recién graduado subteniente de escasos 18 años Francisco de Paula Santander, gracias a ellos, a hombres y mujeres que ofrendaron con su vida, este homenaje de la “Ruta de la Independencia”.
Ruta que hoy en día podemos recorrer, ya no con las vicisitudes de la época independista, sino con la alegría de recordar.
Tiberio Murcia Godoy
Docente Ciencias Sociales
Institución Educativa Departamental Puerto Bogotá Guaduas, Cundinamarca
TOMADO DE. Portal Educativo Secretaria de Educación de Cundinamarca