jueves, 28 de junio de 2012

VOLCADOS CON LA RUTA por Íñigo de la Quadra-Salcedo Jueves 28 Junio


Así es como se ha mostrado el pueblo de Guaduas a la llegada de la vigésimo séptima expedición de Ruta Quetzal BBVA. Lo cierto es que en todos los lugares que ha visitado la Ruta en estos diez días – ¡ya diez días! – las gentes, las autoridades y el pueblo entero nos han recibido con los brazos abiertos. Pero lo de Guaduas supera cualquier expectativa.

Desde que hemos puesto el pie en su tierra, al bajarnos de los autobuses, no ha habido momento en que sus más de diecisiete mil habitantes (en total, la población del corregimiento sobrepasa los treinta y cinco mil) hayan dejado de mimarnos y, como ellos mismos dicen de forma tan dulce, “regalarnos” saludos y parabienes. Bajo la sombra de su blanca catedral de San Miguel, en la plaza de la Constitución, la población agitaba sus banderines animando y saludando a estos embajadores de 51 países de todo el mundo.  

La ciudad de Guaduas es especialmente importante para la Ruta por ser la cuna de Francisco Javier Matís, el más famoso de los pintores que acompañaron a la Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada, y que el mismísimo Humboldt definió como “el mejor pintor de flores del mundo”. Matís fue el pintor que más tiempo trabajó en la Expedición Botánica y el único que lo hizo desde el primer año de su existencia hasta su clausura en 1816. A la muerte de Mutis, Matís fue el continuador de su obra científica, transmisor de los conocimientos de la Expedición y forjador de los nuevos botánicos.

La otra gran figura que nació en Guaduas fue la máxima heroína colombiana de la Independencia Nacional, Policarpia Salavatierra. Con sus indagaciones y pesquisas sobre las estrategias de Juan Sámano y del Pacificador Pablo Morillo, en contra de los patriotas, primero desde Guaduas y luego en Santafé, se constituyó en un gran apoyo para los ejércitos que organizados en los Llanos Orientales por Francisco de Paula Santander, consolidaron con Simón Bolívar la independencia de Colombia en la batalla de Bocayá, el 7 de agosto de 1819.
Su ejecución en la Plaza Mayor de la capital del Virreinato, conmovió al pueblo por ser la primera mujer allí sacrificada y su imagen está consagrada en la memoria de los colombianos como el gran símbolo de la mujer por su valor e inmenso amor a la libertad y la patria. Su casa natal en Guaduas se conserva como un monumento nacional y los ruteros se pasean por las estancias donde se encuentran algunos de los muebles que le acompañaron en vida.

Esta información que acabo de relatarles la obtengo de Doña Mariola Boorques. Ella es quien, junto con la alcaldesa de Guaduas, Doña Doris Acero, ha recibido a la expedición en el Museo de Artes y Tradiciones “Patio del Moro”.  Una vez terminado el acto de bienvenida y después de que los ruteros abandonen el lugar, tengo la oportunidad de charlar con ella, Personaje de hoy, para saber un poco más de este edificio que intuyo con mucha más historia que la que acaban de dar. Y así es.  Esta mezcla entre museo viviente, cas de cultura y escaparate de tradiciones guadenses esconde entre sus muros 240 años de historia. Mariola me enseña las caballerizas ahora convertidas en restaurante, la piscina de mujeres y la capilla dedicada a la Virgen de la Ascensión, que formaron parte de la Posada de la Villa, el primer hotel de lujo que tuvo la ciudad y que ustedes pueden ver en el video correspondiente.

Para mí, la visita a Guaduas supone un descubrimiento musical maravilloso, el bambuco. Con su armonioso y delicado ritmo regresamos a la plaza para comer, y tras el almuerzo los chicos van pasando por delante de un gran panel para estampar sus firmas. Ese será el recuerdo que dejen en esta ciudad amable, acogedora y entrañable que dejamos camino de Honda.
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