lunes, 18 de junio de 2012

Expertos plantean la necesidad de ajustar currículos en facultades


La alerta se dio por los bajos desempeños de sus estudiantes en las pruebas de Estado.

Detrás de la intención del Gobierno de atraer, con atractivas becas crédito a bachilleres brillantes a la carrera docente, está la creciente preocupación por la baja calidad y los pobres resultados que arrojan las facultades que forman a los futuros profesores.
Para el Ministerio de Educación Nacional (MEN) es diciente el hecho de que de 491 licenciaturas ofrecidas por 78 instituciones de educación superior, sólo 72 tienen acreditación de alta calidad; y que de las 419 restantes, hay 18 a las que la entidad no les ha renovado el registro calificado por sus incumplimientos a la hora de funcionar.
Pero si la situación es complicada en las facultades, en las llamadas escuelas normales superiores el panorama no es mejor: de 137 que ofrecen programas de formación complementaria de educadores para el nivel preescolar y el ciclo de básica primaria, 38 tienen registro calificado condicionado.
Expertos en el tema sostienen que ese bajo nivel se refleja en el desempeño de sus estudiantes. Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani e impulsor del Movimiento Pedagógico y Social por una Educación de Calidad, asegura que "de todo el sistema educativo universitario, los futuros profesores son los que muestran en las pruebas Saber Pro el peor balance en comprensión lectora, y esto es una alerta".
¿En qué fallan?
Javier Botero, viceministro de Educación Superior, sostiene que las fallas más recurrentes en programas no acreditados están relacionadas con la planta docente; de hecho, muchos de los profesores de estas facultades no son de tiempo completo, no tienen estudios de posgrado y su producción académica e investigativa es escasa. A eso se suman los problemas de infraestructura física.
Luis Grubert, secretario de asuntos pedagógicos de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), admite que la malla curricular de estas facultades se mantiene estática y no va al ritmo del conocimiento; no obstante, se queja de que el Gobierno sólo califique a los estudiantes al egresar, en lugar de supervisar permanentemente los currículos. Este panorama explica el hecho de que el Ministerio de Educación haya puesto en marcha un proyecto de acompañamiento para las 18 licenciaturas que han tenido dificultades para renovar su registro calificado.
Hay atraso
Julián de Zubiría insiste en que estas facultades "tampoco se han adecuado a los cambios que está pidiendo la sociedad, y aun cuando siguen con currículos similares a los de hace 20 o 30 años, a sus estudiantes los someten a las nuevas pruebas de Estado".
Daniel Bogoya, exdirector del Icfes, coincide en la necesidad de 
introducir reformas; afirma que si bien muchos licenciados tienen gran capacidad pedagógica, les falta un desarrollo disciplinar más profundo, pues esta debilidad hace que algunos colegios prefieran contratar, en lugar de licenciados, a profesionales; los planteles consideran que estos tienen un mejor dominio del campo y que pueden desarrollar habilidades en educación con cursos de pedagogía.
Alumnos con carencias
Las facultades de Educación afirman que sí han renovado sus currículos, que deben lidiar con estudiantes que llegan con muchas carencias de la educación media y que el Gobierno ha roto los canales de comunicación con ellas. Myriam Ochoa, decana de la Facultad de Educación de la Universidad Externado de Colombia, indica que "les viven cambiando" los requisitos para formar a los docentes. "Tenemos que aceptar que hay desigualdades en la formación que estamos empeñados en atender. Hay que fortalecer en nuestros estudiantes sus competencias en el manejo de una segunda lengua y de las TIC", afirma el rector de la Universidad Pedagógica, Juan Carlos Orozco.
rlos Arturo Sandoval, presidente de la Asociación Colombiana de Facultades de Educación (Ascofame), afirma que la mayor parte de las facultades sí han hecho un trabajo de renovación curricular y no tiene validez señalar que los currículos son viejos. William Castrillón, decano de la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital, admite que es necesario revisar currículos, pues muchos de ellos no miran realidades sociales.
Jóvenes con falencias en lectoescritura, pensamiento crítico, matemáticas e interacción cultural, que en su mayoría vienen de sectores socioeconómicos bajos y con poca convicción de ser docentes, es el perfil de quienes están llegando a muchas licenciaturas.
Daniel Bogoya, exdirector del Icfes, aclara, por su parte, que la capacidad académica de los estudiantes de las carreras de educación es sensiblemente menor que la de quienes optan por carreras profesionales. Los más talentosos -sostiene Hugo Ñopo, investigador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- optan por carreras que exigen puntajes más altos y son más prestigiosas y lucrativas.
Mal en lectura crítica
En las pruebas Saber Pro de 2011 sólo el 17 por ciento alcanza niveles aceptables de inglés, un 43 por ciento lo logra en escritura, en lectura crítica apenas un 14 por ciento obtiene puntajes altos y en razonamiento cuantitativo sólo el 9 por ciento tiene un muy buen desempeño. Entre los programas de educación superior con más bajos resultados en pensamiento crítico en las pruebas de 2010 hay 19 programas de licenciatura y en comprensión lectora hay tres licenciaturas en los últimos lugares. Al comparar los desempeños de los estudiantes de licenciaturas acreditadas con las no acreditadas, los primeros obtienen mejores resultados en general.
ANDREA LINARES
Redactora de EL TIEMPO
Tomado de:





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